Cuentos de Libélula

Ya no hay más que escribir, realmente es una lástima aún retener aquí, cada día más, en cada momento, sin querer, porque huí, pero encontré, todas y cada una de las contradicciones a lo que pensé que era real, y fue allí, en esos, pequeños, pero claros detalles, que entendí, que todo aquello, que lo que creí, no era, no estaba allí, eran palabras, simples palabras, simples ideas, no ideales, no eran reales, y de pronto, sin querer, pero con poder, me entrometí, analicé y claro, como era de esperarse, empecé a ver, a observar, a concluir, a amarrar todos los cabos, y aún así, decidí soñar, que todo aquello si fue real.

Era decepcionante ver como la torre que edificó cada momento, inició a caer, a destruir la fortaleza, y cada trozo, cada pedazo, inicio un movimiento dominó, que solo el creador del mismo, destruyó. Claro ahora entendía los reclamos, los señalamientos, el odio, todo estaba allí, no para ellos, todo era para ti. Que tristeza sentí al ver, al sentir, al saber, al tener que conocer, esa mentira que se mueve, que come, que corroe y penetra cada hueso, cada espacio. Quiero seguir en el limbo, allí estaba segura, allí era real, allí estaba con seguridad, en esta realidad, nada existe, todo es mentira, es tan vendido, lo demás da risa, pena ajena, qué más da.

No entendía, empecé a entender, prefiero seguir ignorante, soñadora, ilusa, creyendo lo que un día me hizo sentir, hacer, creer, que esos pequeños momentos en los que estaba allí, sin buscar la luz que encontrará a la niña, eran los momentos en que, no las palabras sino, los hechos, decían, no importa, qué hagas, dónde estés, qué pensés, aquí estoy. De lo contrario es como si nada existiera, si lo buscó fue eliminado, por un tsunami desgarrador, que pena ajena, que profunda tristeza, de esa búsqueda de quién sabe qué, ni dónde, pero qué no existe, no está, no lo tienes, no sabes qué es, pero está adentro y nada afuera lo va a llenar. Que gula de placer, que asco de creer, de decir, de hablar, de lo que se sabe que no está. Vacío, Vacío, Vacío.

No sé a dónde voy, pero sé que tengo, y lo que tengo, sea lo que sea es real. Así lo mantendré, este camino es el mismo, no hay historias irreales, eso es lo que hay, con polvo, lodo, subidas, bajones, pero allí está, un camino, de una sola vía, con bifurcaciones y opciones, pero allí todo es real, sé quién entra, quién sale, a quién conservo, reservo, y a quién no, todo es importante, más no todo es valioso, que pena cambiar el valor, pero ahora es real.