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La soledad hace maravillas y estragos a la vez. La felicidad me acompaña, como estado, como decisión.
La madurez esta llegando, ya no soy "la niña malcriada que derrite muñequitos con lupas bajo el sol". Lo dejé de hacer, no hace mucho, pero ya terminé, porque decidí cerrar un libro, un libro de escritos con lápiz, con color, que yo manejaba, que yo decidía, de seguir en ello, jamás crecería. Hoy ese libro no solo lo cierro, también le pongo llave y me decido a salir, saldré a ese mundo, donde todos sufren, donde cada quien conduce, donde nadie manda, dirige o ayuda.
Hoy me decido a crecer, con todo lo que eso implica, cae y volver a caer, levantarme y seguir, o descansar y volver a seguir... No lo sé, pero decido hacerlo. Creo que en la vida, o yo, ya tuve mucho de hacer, hacer y deshacer... Es hora de crear, de ser responsable y conciente de mi, de él, de ella, de ellos, de ellas, de todos, de todas, de nadie.
No sé si lo haré bien, o mal, pero sé que lo intentaré, esta es mi promesa hoy:
"Prometo solemnemente, pensar antes de actuar, sentir o hacer sentir"
"Prometo solemnemente, ser independiente y no inducir a la dependencia"
"Prometo solemnemente, hacerlo diferente de hoy en adelante"
"Prometo solemnemente, ser independiente y no inducir a la dependencia"
"Prometo solemnemente, hacerlo diferente de hoy en adelante"
Y haré lo que esté en mis manos, en mis pies, en mi mente y mi hipotálamo, para hacerlo cumplir.
Atte.
Libélula Azul
Libélula Azul
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