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Durante la visita a un concurrido lugar de "parranda" en una zona concurrida por "jóvenes" en la ciudad, me sentí desubicada, vieja, incómoda, enajenada. Era como estar en una fiesta de colegio, escuchar a los compañeritos y sus patoaventuras, que después de 2 ó 3 minutos, según la tolerancia, aburren y dan pie a la despedida-huida de la escena.
"Sí, sí, tenemos la misma edad... pero la mentalidad, la cosmovisión, los intereses, mis intereses, son muy diferentes a los tuyos, pero dale, bla bla blablabla". Ese pensamiento transcurrió en mi mente, mientras sonreía como idiota, ante los ojos libidinosos de algún "joven" acompañante, que entre risas e invitaciones, trataba de conseguir mi número telefónico, obteniendo el de cualquiera, por decisión propia de mentir.
Prefiero lo viejo conocido que lo nuevo por conocer. ¡Que frase tan celebre! Pase pensando lo bien que me siento con personas que ya conozco, que usualmente me frecuentan o frecuento, quizá sin llegar a más, pero lo poco, bueno. Con diferencia de edad, claro, de trabajo, sin duda, pero en común el placer por una conversación, que no tiene, o debe, de llegar a más, o pretender obtener más, y, si se obtiene, manejarlo, de forma natural, madura, pasajera, ocasional.
¡Hay... ya no estoy para esos trotes ud! Yo mejor en lo mío, en lo que me gusta, me llena, me entretiene.
Una vez al año no hace daño. ¡Pero solo una! Como bien lo mencionaron los amigos, hermanos, primos, etc., de mi pequeño hijo ¡No Más!
Sí gracias por una buena noche, donde no solo me descubrí, reí, bebí, baile, hable, pensé, sino también crecí, me definí, me encontré.
"Sí, sí, tenemos la misma edad... pero la mentalidad, la cosmovisión, los intereses, mis intereses, son muy diferentes a los tuyos, pero dale, bla bla blablabla". Ese pensamiento transcurrió en mi mente, mientras sonreía como idiota, ante los ojos libidinosos de algún "joven" acompañante, que entre risas e invitaciones, trataba de conseguir mi número telefónico, obteniendo el de cualquiera, por decisión propia de mentir.
Prefiero lo viejo conocido que lo nuevo por conocer. ¡Que frase tan celebre! Pase pensando lo bien que me siento con personas que ya conozco, que usualmente me frecuentan o frecuento, quizá sin llegar a más, pero lo poco, bueno. Con diferencia de edad, claro, de trabajo, sin duda, pero en común el placer por una conversación, que no tiene, o debe, de llegar a más, o pretender obtener más, y, si se obtiene, manejarlo, de forma natural, madura, pasajera, ocasional.
¡Hay... ya no estoy para esos trotes ud! Yo mejor en lo mío, en lo que me gusta, me llena, me entretiene.
Una vez al año no hace daño. ¡Pero solo una! Como bien lo mencionaron los amigos, hermanos, primos, etc., de mi pequeño hijo ¡No Más!
Sí gracias por una buena noche, donde no solo me descubrí, reí, bebí, baile, hable, pensé, sino también crecí, me definí, me encontré.
Etiquetas: conocido, extraña, incomiodidad, jóvenes, parranda
2 Comments:
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- Duffboy said...
5 de febrero de 2009, 21:37El Pepe Grillo que cada uno tiene, es buen consejero cuando lo programamos bien. Abrazotes!- Alfonso Huerta said...
17 de febrero de 2009, 15:59Parece que siempre necesitamos de El Otro, para encontrarnos, reconocernos
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