Bien dicen por allí que la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena... Por eso nunca he buscado vengarme, esos miedo ante el alma, esa parte que no se ve pero está, o eso nos hacen creer. Pero ese miedo inherente de que a ella se le hace daño me ha hecho frenar esos deseos de revancha que podrían alimentar el ego, o el fuego, pero en fin ambos se mueren de hambre, porque la venganza es un plan y a mi todo se me da por casualidad, por azar, por andar o escapar, pero sin pensar, por ende no es venganza, por tanto no hay veneno, ni castigo, ni pecado, ni temor...
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¿Libelula de carne y hueso? ¿Acaso hablas de la libelula como algo abstracto? Dioooos