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Burocracia en Salud

Mi enojo no es por el trato, no es por el diagnóstico, no es por el olvido, no es por el abandono...
Es por esa estúpida indiferencia burocrática y materialista, que niega un servicio de salud, gratuito o a menor costo a las personas para salvar su vida, para poder mejorar el pronóstico.

Y las respuestas imbéciles: "Son normas", "No es permitido", "¿Cuál es el beneficio para la institución?"

Y las preguntas morales: ¿Dónde esta el juramento hipocrático? ¿Dónde esta el sentido de amor? ¿Dónde esta el servicio al prójimo? ¿Cuáles son las pérdidas emocionales y morales?

Pero claro que las respuestas son silencios, caras, ojos, risas, burlas... Dignas de un sistema que nos hace buitres del trabajo, dependientes de una moneda, esclavos del yugo y de la irracionalidad, dignos seres de desprecio y total aberración. ¡Ojala y ningún día tu madre o tu lo necesiten también!

Y así me lleno de rabia, berreo y me siento un objeto más de la sala, sin poder, sin presencia... Y me indigno y me voy... Sin hacer nada, porque nada puedo hacer... Si fuese mi madre... Si fuese yo quien pudiera decidir... Si fuese... ¡Pero no es! No es nada y es todo, soy yo y mi impotencia, soy yo y mis criticas contra el sistema, que solo se percata cuando se es parte de él, y siento nauseas y asco de mi... ¡Me largo!

Lo siento... no puedo hacer nada, elevaré una plegaria para ud!!!

Bien dicen por allí que la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena... Por eso nunca he buscado vengarme, esos miedo ante el alma, esa parte que no se ve pero está, o eso nos hacen creer. Pero ese miedo inherente de que a ella se le hace daño me ha hecho frenar esos deseos de revancha que podrían alimentar el ego, o el fuego, pero en fin ambos se mueren de hambre, porque la venganza es un plan y a mi todo se me da por casualidad, por azar, por andar o escapar, pero sin pensar, por ende no es venganza, por tanto no hay veneno, ni castigo, ni pecado, ni temor...

El Recuento de los daños

Entre risas y sonrisas, confesiones y miradas, confabulaciones y pensamientos, entre humo, gritos y más miradas... Allí en la soledad acompañada de una cita concertada, me desconozco de nuevo.
Y esa sensación de no ser yo, de estar allí sin ser, de ser sin sentir, de sentir no sé qué... Y de nuevo vuelvo a maldecir!!!
Entonces aunque me distraiga y trate de observar la claridad en la oscuridad, se me hace imposible, con tanta dificultad... Respiro nuevamente y cierro los ojos, esperando que la magia aparezca y yo desaparezca...
Esperando un milagro que retroceda el tiempo y me deje seguir siendo una, una sola, un solo sentir, y olvidarme de todo lo que no quise, lo que no quiero vivir.
Con premeditación, alevosía y ventaja.

Una semana más...dos

En el silencio y la soledad de una noche fría, de vientos fuertes y parajes grises, cual imagenes de antaño en cintas viejas y mohosas, me pienso y te pienso, y me concientizo de la distancia y de la diferencia, indiferencia y nostalgia, con sabor a cicuta, que nos mantiene en relevancia, girando con lentitud casi imperceptible ante los cambios del tiempo que nos hacen consientes de los días nuevos.

Estos fríos de noviembre que hacen que los abrazos calurosos que se reciben en la cotidianidad y los trasnoches parezcan sanar los vacíos internos de suspiros ausentes, de instantes fugaces que con intensidad se vivieron y que con saña y premeditación se destruyeron.

Una semana más, con esta son dos... ¿Cuántas más?

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